El Ekeko, según los antropólogos, es un ser que se asemeja más a un amuleto que provee bienestar y dones a quienes lo veneran. Sufrió cambios en cuanto a su representación, pero no así en lo que se refiere a su significado: ser buena gente y ganarse a sus caseritos.Es un jorobadito pendejo que siempre tiene un as bajo la manga y que clava a sus enemigos solapadamente. Si le dejas una ofrenda, no te abandona; si lo cagas, entonces te clava.
El Pozo descubrió fortuitamente a su Ekeko Oficial. Su autoproclamación fue celebrada y registrada en el libro de actas que lleva por lo bajo el Dalai. Los sapos están avisados. No hagan hablar al Ekeko. Si eso sucede pueden ganarse una brujería. Sobre todo ahora que jaló documentos al estilo don Vladi .
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