martes, 3 de junio de 2008

MI AMIGO SECRETO

Había una vez un estanque donde los sapos vivían felices. Tenían todo a la mano y eran muy selectivos con los nuevos residentes.
Primero averiguaban de que pantano procedían, si eran capaces de poner cinco luquitas para el ron y si podían aguantar un tabazo en la pichanga sin llorar después en la ducha. Si pasaban los test de rigor, el nuevo sapo accedía al pantano a vivir feliz.
Luego de comprobar que tenía un alto concepto de la amistad, venía la gran prueba: saber si era soplón o no. Y ahí los sapos, últimamente, se dieron con una gran sorpresa porque quien fiscalizaba y jodía fue descubierto "in fraganti" junto al personaje que revolcaba constantemente.
Ambos fueron sorprendidos en plena parrillada de renacuajos atrás de la gruta, sí exactamente donde piensan poner una concesión de RATBURGER.
Todo se sabe carajo. El mundo es chiquito y redondo.

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