miércoles, 15 de agosto de 2012

LOS SAPOS Y LA CAJA CHINA

No siempre se puede vivir camaroneando. Por eso, ante la evidencia de su viveza, el peladazo tuvo que vestirse con atuendo oriental y preparar una caja china para todos los sapos. Su inconfundible saco rojo y su sonrisa cachacienta iluminaron la noche.

No le quedó otra porque el excedente de la caja era imposible de ocultar, sobre todo ahora que anunciará un viaje a Miami donde los espera un crucero para solteros y falladitos.


Las fotos de la reunión no hacen más que graficar que todos quedaron satisfechos, en especial el Sapo Mula que arrasó con dos fuentes de ensalada, 20 choclos, dos kilos de papa sancochada, un litro de huancaína, dos pollos enteros y dos kilos de bistec.
Ante tal situación, el sapo camarón tuvo que recurrir a lo que mejor sabe hacer : pedir cuota y de esa manera sacar el chanchito que se cocinaba caleta en la caja china. Con desparpajo y absoluta frescura empezó a picar a cada uno de los asistentes, libreta en mano y anotando los nombres de sus comensales. No hubo más remedio que atracar porque había hueveado a todos con los choclos y las papas que dejó el Sapo Mula. La próxima reunión no tiene fecha, ni sede definida. Solo se sabe quién cobrará el peaje.


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